Despues de muuucho tiempo de sequía y bastante morrallerío, por fín volví a tocar escama de la buena.
Ocaso del Viernes: incursión a la zona para comprobar el estado de la mar, levante perfecto, luna llena perfecta, mar perfecta limpia de algas, exceptuando la marea, que estaba bajísima.
Madrugón del sabado, pongo el reloj a las 6.40 AM y a la las 6.50 llego a la escollera. Desgraciadamente la mar algo mas clara que el día antes, y la marea estaba nuevamente baja, es mas, jamás la había visto tan baja en aquella zona.
Una vez analizada la situación, decido pues adentrarme hasta casi el final de la escollera buscando algo mas de profundidad... La preciosa luna llena me sugiere elegir un minnow de color sugerente a estas horas de la noche con la gran claridad que hacía: Un maría Chase SW flotante en color blanco con el hocico rosado, perfecto sustituto del Cristal Minnow.
En uno de los primeros lances los resultados no se hacen esperar, clavada muy violenta de algo que me reflectó del fondo, que forcejea una tras otra vez con el 0.28 para arrimarlo a la pared lateral de mejillones y salir victoriosa... pero al final con mucho trabajo, y levantando un poco la puntera de la caña y desafiando la resistencia de la linea consigo posar una buena baila de 2 libras y 14 oz (1.350 kg) en pequeña poza sin escape para la Baila, que venía clavada hasta en el carné de identidad.
Contínúo recorriendo la escollera, y me decido a lanzar sobre el final de la misma, en una zona muy peligrosa tanto por la dificultad del lance como por la poca profundidad. El resultado no se me hace esperar.... Clavada.... pero esta vez de una piedra que me arrebata mi precioso minnow :´(. Me falló el calculo esta vez con la marea tan baja.
Con un cabreo de mil demonios decido no arriesgar mas, y opto por la versátil gusarapa (twister plomado) volviendo al lugar donde clavé la primera. Lanzo un par de veces en dientes de sierra y al subir el vinilo, practicamente en mi pies otro ataque, pero esta vez de una lubina de mucho menor porte, que con su tamaño apenas unos 25 cms y su escualido aspecto se ganó el lógico indulto.
Prosigo mi camino y una vez bordeado todo el pedrero me pongo la parte opuesta. Amanece ya y la claridad me hace intuir ya pocas picadas, pero el destino quiere que clave otra... que cuando la vislumbro al fin me pongo nervioso al contemplar su porte. Con el tembleque, al fín la consigo posar sobre la piedra, la estoy sujetando para que se esté quieta, y cuando me dispongo a quitarle el vinilo de la boca mete un coletazo imposible, y se cae en una poza de al lado. Se queda atontada durante varios segundos, y mientras intento recuperarla el animal espabila y encuentra un recobeco por donde poder huir. Bonita baila que perdí de 2 kiletes .
Por lo demás poco mas el fin de semana, el domingo bolo carambolo que de algún modo lo sobrellevé en compañia de este descarado pulpo que presenciaba mis lances a mi vera.
Las fotos serán para mañana. Un saludo.