----noticia de ultima hora----- La acuicultura o cultivo del mar ha emergido con fuerza en Málaga. La gran demanda de pescado que genera la hostelería en la provincia, que ha aupado al Mercamálaga como el tercer mercado de pescado más importante de toda España, ha supuesto una baza fundamental para las peticiones de instalación de nueve plantas acuícolas de rodaballos, doradas, lubinas y mejillones en el todo el litoral. Estas instalaciones se sumarán a otras cuatro que ya están en funcionamiento en Marbella, Estepona y Benalmádena y a las dos que se están construyendo frente a las playas de El Palo y Rincón de la Victoria. Las pesquerías de rodaballo, lubina y dorada han caído en picado en los últimos años por lo que el desarrollo de estas plantas conseguirá poder cubrir la gran demanda que generan estas especies. De hecho, actualmente sólo hay que pasearse por los mercados municipales y mirar las tablillas o preguntar a los minoristas para conocer de primera mano que los rodaballos, lubinas y doradas que venden son de piscifactoría, ya que la mayoría llevan sus etiquetas de identificación. Si proceden del mar se especifica en el apartado 'forma de obtención: extractiva', y sin embargo, si es de piscifactoría, se indica 'no extractiva'. De hecho, el precio debe ser uno de los referentes, ya que el kilo de pescado capturado en el mar es sustancialmente más alto que el generado a través de la actividad acuícola. Para delegado de Agricultura y Pesca, José María Rodríguez, la acuicultura es una buena forma de diversificar las actividades del sector pesquero, ya que los caladeros en Málaga no están pasando precisamente por una buena racha. Es más, las 7.000 toneladas de lubinas, doradas, rodaballos y mejillones que se producirán escalonadamente de aquí a cinco años servirán para crear 200 nuevos puestos de trabajo, y algunos de ellos provendrán del propio sector extractivo. Alejadas de la playa Las empresas gallegas, andaluzas y catalanas han elegido Estepona, Marbella, Caleta de Vélez, Torre del Mar, Torrox, Málaga, Mijas y Marbella para instalar sus piscifactorias, así que, indudablemente, la fisonomía del litoral experimentará ciertos cambios. No obstante, estas plantas estarán alejadas de primera línea de playa, ya que se implantarán por encima de los 15 metros de fondo, es decir a decenas de metros de la costa. Hasta ahora, las cuatro instalaciones en funcionamiento están generando una producción incipiente de 500 toneladas, según datos de la jefa del Servicio de Desarrollo Pesquero de la Junta, Elvira Frapolli. Málaga es deficitaria en producción de pescado, ya que sus capturas pesqueras están muy por debajo del consumo de su población y de sus visitantes turísticos. Casi 40.000 toneladas de pescado comercializó el año pasado Mercamálaga, mientras que las capturas de los puertos pesqueros de Málaga, Marbella, Estepona, Fuengirola y Vélez no superaron las 14.000 toneladas. Consumo de un andaluz No es raro que el pescado sea un bien escaso, ya que según datos de la Junta de Andalucía, un andaluz consume de media al año 25 kilos de pescado, una cifra que supera con creces la media europea. Y no estaría de más recordar que España es la segunda 'devoradora' de frutos del mar tras Japón, tanto que el año pasado España importó 1.178.000 toneladas de productos pesqueros frente a unas exportaciones mucho menores de 674.000 toneladas. Por eso, y pese a los recursos marinos de los que ya disponemos, la acuicultura española (cultivos marinos) alcanza el 3% de la producción mundial en volumen y el 25% de la UE, según la Fundación Entorno. Las ricas aguas de Málaga, con grandes concentraciones de plancton y una temperatura cálida, son un buen caldo de cultivo para el engorde de mejillones o para la cría de doradas, lubinas y rodaballos, que tienen un importante hueco en los mercados. Depuradora de moluscos La puesta en marcha de estas once plantas (dos en construcción) supondrá una inversión estimada de más de 20 millones de euros. Es más, la apertura de una depuradora de moluscos en el puerto de Málaga «servirá para que se consuman los moluscos con mayores garantías higiénicas y sanitarias», según manifestó el delegado de Agricultura y Pesca, José María Rodríguez. La expansión de la acuicultura, siempre complementaria a la pesca, que no alternativa, puede dar un empujón a las producciones marinas. Si los caladeros siguen 'quejándose', el cultivo del mar se configurará como una actividad con mucho futuro