DavidA

Quisiera dar mi opinión acerca de la prohibición de la pesca deportiva del atún rojo. Asumiendo de antemano que la situación actual del atún rojo en el Mediterráneo es insostenible, resulta grotesco que se aplique la misma normativa para la pesca recreativa que para la comercial, que anualmente cosecha de modo no selectivo unas 50.000 toneladas anuales de atún en el Mediterráneo (esto viene a ser aproximadamente 2 millones de atunes), cuando la tasa de sostenibilidad de la especie ronda las 15.000 toneladas anuales. Los pescadores deportivos, para hacernos una idea comparativa, no alcanzan a pescar ni 500 toneladas anuales, es decir, más de cien veces menos. Si hacemos el ratio entre toda la industria que mueve la pesca de altura (embarcaciones, amarres, talleres, náuticas, instrumentos de navegación, útiles de pesca, combustible, etc…) comparado con las toneladas de atún que se consigue pescar deportivamente, sabríamos que a los pescadores nos resultaría muchísimo más económico comprar las capturas en los mercados que no pescarlas, y que, si a esto añadimos que el pescador deportivo suele ser respetuoso con las tallas mínimas y el medio ambiente, hace que la pesca deportiva del atún rojo no produzca ningún efecto en el desarrollo de la especie. Solo que se adoptara una medida como ampliar el periodo de veda para la pesca comercial en un día, sería mucho más beneficioso para la especie que incluir en el mismo saco a profesionales y deportivos, por no decir medidas realmente eficaces como ampliar las dotaciones de control a los pescadores profesionales (usos de elementos prohibidos como avionetas, artes ilegales, declaración real de capturas, control de tallas mínimas, etc…), acompañado de sanciones ejemplares para su incumplimiento que conlleven procedimientos penales para los reincidentes. Por otro lado, el efecto que la tiene la pesca sin muerte del atún es completamente insignificante para la especie y una medida totalmente de cara a la galería. Resulta completamente absurdo que especies de picudos como la aguja o espada se puedan embarcar y un atún de 100 kgs con su ciclo reproductivo cumplido no. El hecho de que corrientes digan que todo suma a la hora de sostener la especie, cae en saco roto frente a la desproporcionalidad entre los efectos de la medida y lo que se va a conseguir con ella. Repito, la pesca deportiva es completamente insignificante de cara a sostener o no una especie. Por otro lado, llevar a cabo un campeonato de pesca de altura en el Mediterráneo sin atún rojo, es un completo disparate, llevándose siempre el premio la embarcación que ha tenido el azar de que un espada o aguja se cruzara en sus arduas 12 horas de navegación, tal como ha pasado en el pasado campeonato de Vilanova, o ganando campeonatos con especies menores como llampugas, bacoretas o albacoras cuyo peso mínimo suele ser 4 kgs, como pasará en próximos campeonatos.