En España el consumo de hachis y marihuana esta demasiado generalizado, a los 14 años los chavales ya tienen su primer contacto con la droga, y en edades de entre 14 y 18 años se ha demostrado que los consumidores de cannabis no son conscientes de que es una droga, y crea adicción y perjuicios de salud.
Los adictos que acuden a centros de desintoxicación o al médico han crecido en los últimos años, por lo general son personas que llevan consumiendo cannabis entre 15 ó 20 años y deciden por su propio bien pedir ayuda para combatir su drogodependencia. Los adictos que llevan tantos años consumiento reconoces que el cannabis conduciona su vida.
Entre las secuelas que podemos encontrar al consumo diario y crónico de hachis o maria está la pérdida de memoria, tanto global como a corto plazo, mientras se está "fumado" el cerebro tiene más dificultades para guardar información en su memoria. Se ha demostrado que se pierden reflejos, disminuye la capacidad de concentración y de aprendizaje, se produce una falta de interés por la mayoría de las cosas.
Falta de iniciativa, las cosas corrientes no te importan, falta de ímpetu e interés por emprender cualquier actividad social, laboral o educativa. Estos perjuicios en la salud aparecen con el consumo diario de sustancias cannabicas y van haciendose más severos con el paso de los años. Ahora gente que lleva 20 años fumando busca desintoxicarse, dentro de 20 años la epidemia de gente que esta empezando a fumar ahora será tremenda.
En muchos casos el fumar porros puede hacer despertar una esquizofrenia, puede desatar depresiones, crisis de panico y ansiedad. Los que acuden a centros de rehabilitacion lo hacen por su propia voluntad, una vez que se han dado cuenta de que lo suyo es un problema y acumulan las fuerzas necesarias para combatirlo. Los adictos a la heroína, a la cocaína o al alcohol, que acceden a desintoxicarse porque su deterioro físico se convierte en una amenaza para su vida, tras una sobredosis o empujado por sus familiares, el consumidor de porros busca ayuda por su propia decisión, explican los expertos. Llegan a la conclusión de que su vida sería mejor si dejasen de fumar.
La adicción física al cannabis no se trata con fármacos, ya que no existen. Las terapias de rehabilitación son sesiones psicológicas, aunque sí que se puede atenuar la ansiedad que suele aparecer tras cortar con los porros. Como ocurre con todas las drogodependencias los médicos no consideran eliminada la adicción hasta que el consumidor ha estado un año en completa abstinencia.