Papaquique, cuidado con el jigginig, es como la droga, empiezas cojiendo algún serranito, vaquita, pagre.... pero derrepente te quedas pegado al fondo, algo tira al otro lado de la linea con una fuerza descomunal, la caña cruje, la linea suena como cuerda de guitarra, el carrete se calienta y funde los rodamientos, tu espalda se resiente y PAMMMMM, se rompe todo. A partir de ese momento la has cag.... te vas a la tienda, compras trenzado de 100 Lbs, cañas de 50 Lbs, carretes que valen 600 € y la única que lo agradece es tu mujer, que ya no tiene que darse sustos al abrir la nevera y ver titas con aspecto de "falo de negro rabioso", calamar de viaje que si lo echa en el arroz mas vale no comerlo y gambas que no las sirven ni en el peor restaurante de Villaconejos del trabaque.
Lo malo es que si no eres amigo-vecino del Sr. Greco, te pasaras dos años intentando volver a cruzarte con aquel animal y no lo conseguiras, luego verás que con una caña mas fina, tipo spinning, tienes mas tacto para cojer caballitas, dejarás el equipo pesado y ese es el momento que aprovecha tu amigo el animal para volverte a pegar. Y vuelves otra vez con lo mismo.