cmorganx

Mi querido Rafaelct y demas caleteños, el que no posea barco, o no me guste ir a pescar en barco, no significa que los pescadores de caña no podamos daros una lección de pesca, de todas formas, cuando querais os lo puedo demostrar. Saludos a todos y muchas gracias. Próximamente abriré, y esto para todos, un nuevo tema en el foro sobre "El giro anticiclónico de Alboran" o como las aguas frias y ricas en nutrientes, en determinadas circustancias, se pegan a la Costa de Málaga desde Gibraltar al faro de Calaburras. Este tema atañe a todos,y sobre todo a los caleteños que últimamente estan de capa caida, este Giro no les llega. A las cervezas estais invitados cuando querais. Pescaderí­a no abre el sábado por la tarde y menos el domingo.

Despues de pescar tan glorioso a uno sólo le queda agradecer a sus dos compañeros Paco C. y Jose Antonio S., la inestimable ayuda recibida a la hora de sacarlo, ya que estabamos pescando en una escollera y la altura desde la caña al mar está en unos tres metros. Uno de los compañeros, salabar en mano, tiene que bajar con mucho cuidado y situarse en un punto al que arrimar la captura. No recomiendo la pesca desde escollera a los que tengan demasiado respeto o esten inseguros, la caida puede ser mortal y no es broma lo que digo porque ya ha habido victimas. La tecnica es lanzar a fondo y no muy lejos, unos 80 metros, con su codal y carnada, posteriormente, chorraremos por la linea la sardina, ligeramente lastrada, con el fin de que se quede a dos aguas, y a esperar. No hace falta decir que cuando recojamos se liaran los dos bajos, pero esto es pecata minuta al lado de los resultados, ademas que el tiempo de espera puede llegar a la hora, y de vez en cuando hay que mover el cuerpo. Mi equipo, y esto lo cuento porque esto ha sido prueba de fuego, son dos BeatMaster de 4,25 y dos Ultegra 10000. Gracias Shimano. La caña totalmente arqueada, a tope a la hora del último tiron para acercar la presa al salabar. Gracias nuevamente a Jose Antonio que es el que bajó, y a Paco que estuvo a mis espaldas por si perdí­a el equilibrio.