Hola a todos, como hace tiempo que no pongo nada, ni los demás tampoco todo sea dicho de pasa, os relato un episodio pesqueril nada frecuente que me ocurrió ayer a primera hora del anochecer, en una zona de playa areno-rocosa de la costa valenciana.
Deciros primero mi equipo circunstancial de pesca:
-Caña: shimano Technium 22-50 3 mts, habitual en mi caso en la pesca del llobarro (lubina) en sitios donde se que entran cacharrros.
- Carrete: Geologic FD 30 3, 15 eurillos, totalmente inhabitual, de hecho la primera vez que lo uso, comprado como carrete barato pero con buena pinta para el maltrato desde el kayak, yo soy un incondicional de los twinpower, de los que tengo 3 tamaños.
- línea: fireline 0,15 7,9 Kg, que suelo usar para el llobarro, aunque para otras especies soy un incondicional del power pro y tb me gusta el tufline xp.
Monto una rapala Hart anyminow color llisa (mugil), y empiezo a lanzar. A la izquierda hay 2 surfcasters lanzados, y unos 100 mts a mi derecha 2 siningueros.
A los pocos lances clavo y saco un llobarrito de algo más de 1 Kg, asín que ya no hago porra, bien .
Sigo lanzando y los rapaleros se van acercando mientras lanzan, no los conozco. Cuando uno de ellos está a mi altura justo me distraigo y va y enroco bastante lejos..me cagu...Me pregunta:
¿Que llevas algo?, pues no, he enrocado contesto, y sigo dándole cachetazos a la caña, hasta que en una de esas empieza a salir línea del carrete, y se va iendo mar adentro y hacia la izquierda..
¿Que llevas una llisa robada?. Pues no colega, que no ves la caña como está, que no ves la línea como sale, llevo, llevo.....UN CHUCHO, seguro.
Nunca había clavado un animalico de estos, pero no me cabía ninguna duda, la forma de tirar es inconfundible.
Apreto el freno y consigo enlentecer la marcha del chico, aviso a los surfcasters de que les voy a cruzar y de que no puedo hacer nada por evitarlo. Pienso que en cualquier momento voy a partir la línea, pues estoy apretando mucho, pero no puedo permitir que se siga alejano ni cruzándose, o no tendré ninguna oportunidad.
El caso es que consigo parar al animal, al que en la nocturnidad y la lejanía, he vislumbrado en un par de ocasiones y me ha parecido tal cual lo siento en la caña, grande. Empiezo a bombear y a recoger, bombear y recoger....ME LO VOY TRAYENDO , je, je...así estamos unos 20 minutos, e incriblemente, pues en la zona hay mucha roca, no rompo, ya lo tengo a unos 5 mts de la orilla, ¡ cómo tira!
El animalico cuando se ve cerca hace lo que mejor sabe, despliega su cuerpo sobre el fondo y cual lapa gigante se mete en la arena, ya no hay quien lo mueva pero está cerca.
Le dejo la caña a uno de los chavales y me acerco al maletero, caso un gancho y me meto en el agua, enciendo la linterna de cabeza y sigo la tensa línea hasta que se introduce en el agua. Está allí, semienterrada, mirándose con sus ojos oscuros que parpadean de vez en cuando. ¡CUIDADO CON EL AGUIJON!, PIENSO.
Cargo el brazo y asesto un fuerte golpe contra el agua, consigo alcanzar el objetivo pero quizás no en el sitio ni con la fuerza debida, el animal se encabrita y sale de estampida de nuevo mar adentro. Corro a la orilla, cojo la caña, freno algo más, a unos 30 mts más o menos lo paro y vuelvo a bombear, saca una de las aletas por encima del agua y chapotea, si, si, es grande.
Volvemos a la carga, consigo con mucho esfuerzo, os lo podeis imaginar casi bararlo, lo que esimposible por el descomunal peso. A petición desesperada mía uno delos colegas rapaleros toma el gancho y consigue asestarle un gran arponazo en el lomo, el animal, clavado decide que se quiere ir, mete otro arreon y ROMPE EL MANGO del bichero por la mitad, se leja de nuevo.
Esta vez las cosas cambias, y no se aparta más de 15 mts, está cansada y herida, aunque todavía le queda mucha fuerza, a mi meduele el brazo pero estoy mejor que nunca. Esta vez ya nadie se atreve a acercarse, así que decido un último intento, la acerco lo más posible y cuando apenas nos separan 2 mts, con la caña flexionada a tope, en la mano izquieda, me inclino y engancho la banderilla con la mano derecha, y en un exfuerzo extenuante arrastro a la manta hasta zona seca, ya está fuera, lo he conseguido.
Lleva la rapala bajo de la boca, las poteras rotas, a punto de desprenderse, no deja de moverse, de abrir y cerrar los ojos, viene mal herida y mueve desafiante el punzón caudal. Toca esperar un rato, este animal no lo puedo devolver, es imposible.
Os pongo alguna que otra foto, no son muy buenas pero es lo que hay:
El animalico en 1º plano:
Cuando llegué a caso desperté a la pobre de mi mujer, los niños quedaron en casa sólos por un momento:
Aquí me teneis, cansado y con cara de ido:
Bueno, ya está bien, un abrazo a todos.