La pesca de ayer fue muy entretenida.
En el Titirimundi las anécdotas pesqueras se sucedían ininterrumpidamente, salpicadas por hirientes improperios del patrón (Macar) hábil y ácidamente contestadas por el 2º grumete (Jusonet). De pesca, pesca, casi nada, sólo resaltar la fuerza de la marea, las extrañas capturas del que suscribe, que incluían una rosada del atlántico sur (ya he dicho que había muuucha marea), una faneca y varias vaquetas mutantes (una de ellas era enorme). Luego espero que suban la foto del bicho a ver si alguien puede identificarlo.
Lo de Macar,que pescó una brotolita y un zafiato (minicongrio) con el mismo anzuelo y en el mismo lance, impresionante. Que lo cuente, que lo cuente.
El pez que se le escapó a Jusonet, doy fe de que era grande, tuve que tirar yo de la caña porque el no tenía fuerza para levantarla (la caña)... y no sólo por la deficiente intendencia, escasa, hipocalórica y pobre en variedad, suministrada por no recuerdo quién. .
Y, por una vez, el ancla la perdió el barco de al lado.
A la espera de las de PatronMenchu, creed que la pesquera fue simpática pero , a esa profundidad los voraces deberían ser más grandes (sacamos pocos de ración, ninguno llegaría al medio kilo).
Demostramos, eso sí, que los carretes eléctricos son un caprichito superfluo, que los pescadores de verdad ni a más de 130 metros y mareas apocalípticas necesitan apoyos electromecánicos, tan sólo (y esto también falló) una cerveza cada dos lances y algo de comida.