Fue una pasada. Yo llegué tarde, ya que tuve un ligero contratiempo de 20 minutos con un guardia civil que, a pesar de ir con el kayak en la barca, creía que venía de las discotecas de bacalao, y no entendía que yo iba a por bacalao o lo que fuera, je, je, je... La quedada me sirvió para quitarme dos pesos de encima. El primero estrenarme en el mar y fue con un doblete de jureles, el más pequeño se cayó al agua a punta del salabre. El segundo fue darle a Paterkayak el kayak hinchable que le había tocado en Salobreña, je, je, je. En serio fue una quedad muy buena con buen ambiente y alguna captura.
Lo más impresionante fue conocer a todos físicamente, bueno y también a la rubia y a la morena de la playa. Gracias a Xuso, salmantino consorte, por enseñarme algunos de sus trucos, a Alfredo, a ver cuando vamos juntos, a Yuntajs, el hombre de la logística, y a tantos y tantos por compartir una experiencia única que hay que repetir cuanto antes.
Un abrazo a todos.