La dorada es hermafrodita; es decir, que nace macho para después transformarse en hembra. ¿Curioso no?
La época del año más favorable para su pesca es entre primavera y otoño, ya que en invierno se aleja mar adentro hacia fondos de profundidades de hasta 50 m, donde se reúne en grupos. Es un pez que siente mucho el frío, por lo que difícilmente baja a profundidades mayores. No obstante como ya sabéis en el mediterráneo la tenemos todo el año.
La podemos pescar en el interior de los puertos o a lo largo de las escolleras exteriores, de los malecones o de las playas de arena, en las desembocaduras de los ríos (a veces tiende a remontarlos), en las lagunas donde encuentra cobijo durante el invierno y, sobre todo, donde puede hallar criaderos de mejillones y de ostras en los que producir estragos.
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Doradas