Aprovechando las inclemencias del tiempo, he salido a pasear en estos ultimos dias por los lugares que desde mi niñez siempre he frecuentado para ir a pasar inolvidables dias de pesca con los seres que mejor recuerdo han dejado en mi memoria... Y he pasado mucha verguenza. He sentido una profunda tristeza por el estado en el que los que se auto denominan "pescadores" dejan las playas. Me parece increible que los que mas deberiamos mimar, cuidar y defender estos lugares que nos hacen pasar estos maravillosos ratos, seamos los que lo estamos destrozando. Latas, botellas, cajas de gusanos por cientos, bolsas que van a parar a la mar, paquetes de tabaco, basura, PILAS ALCALINAS de las linternas que llenaran de mercurio todos los rincones... Increible y, ya os digo, profundamente triste. Me gustaria desde aqui hacer un llamamiento a todos; yo quiero que mi hijo Jose pueda venirse a pescar conmigo y que, a su vez, pueda enseñar al suyo el maravilloso mundo de sensaciones que lleva consigo un dia de pesca. Con el simple hecho de llevarnos a casa una bolsa con los desperdicios, estamos cuidando el futuro.