Jump to content

tolopesco

Miembro avanzado
  • Contenido

    700
  • Se unió

  • Última Visita

  • Días en los que ha ganado

    1

Todo el contenido de tolopesco

  1. Fedecor, ¡No nos pasemos de modestos! Por pura afición e interés técnico, yo te rogaría que publicaras aquí mismo un resumen de los resultados de los concursos: Al menos los tres primeros premios, las pesadas y la pieza mas grande. Creo que a todos nos gustaría que lo compartierais. Saludos cordiales,
  2. tolopesco

    estabilidad

    Que los veleros se mueven poco con mala mar es mucho decir: Eso es cuando están navegando a vela clavados al mar con la orza como con un cuchillo. En cambio cuando se paran, arrian las velas y se ponen a pescar a la deriva atravesados, el balance puede ser insoportable, en cambio una barquilla de poliester a su lado suele ser mucho mas cómoda. Cada barco tiene su mezcla de características: Eso ya se ha dicho aquí. A lo que nos solemos referir cuando decimos que un barco deportivo de pesca es mas estable que otro, es a su comportamiento a la deriva. Cuando por ejemplo estáis varios barcos derivando juntos pescando sepias y pasa otro demasiado deprisa y os pilla a todos la estela ¿Se comportan todos los barcos igual?: ¡Claro que no!. Hay alguno que se caen todos de culo en la bañera y hay otros que apenas lo notan. Algunos balancean dos veces y otros ocho. El pescador que va a pescar a la deriva a menudo debe informarse sobre esta característica al elegir su barco...¡Y no es nada fácil!. Saludos cordiales,
  3. tolopesco

    pesca desesperante

    ¡Y que no falten! Los verdeles, caballas y estorninos son bastos y a la larga aburren... pero un día salir y "hacer una matanza" puede ser muy divertido. Prueba de ello es que lo cuentas quejandote pero en el fondo se trasluce que ha sido una experiencia memorable. Saludos cordiales,
  4. Estimado Ivan, ¡Vamos a ver si puedo ayudarte!: Una vez localices el mero, le puedes pasar un jig de unos 100 grs por delante. Lo mas cerca posible para que lo vea bien. Los movimientos deben ser fluidos y naturales o también cortos y eléctricos. A veces también muerden el jig colgando del cañero, pero menos. El jig tiene que tener un assist especialmente grande para las bocas de los meros, que son mas grandes. Parece que hay algunos meros que les gustan los jigs de colores "fosfi", pero al ser tu primer caso te recomiendo comenzar discretamente con un color "sardine". El carrete debería venir tarado de casa, al máximo de su freno y un trenzado de 50 libras podrá ser suficiente si no se enroca. Si se enroca es o bien porque no habías tarado bien el carrete y le dejaste pegar una carrera hasta la cueva, o bien porque era un monstruo imparable. En ambos casos te recomiendo mucha paciencia y resignación. Espero haberte ayudado. ¡Un saludo!.
  5. Luisstar, ¡Llevas razón! Con esa barca y esa motorización y para seguir pescando en tu zona de siempre no necesitas sonda ninguna: Ya te sabes las sondas y los fondos por experiencia. Una sonda portatil te iba a dar una calidad de información mínima que no añade nada a lo que ya conoces. En cambio para disponer de una sonda buena ya necesitarías cosas que no tendrás: Como una consola, una batería y un alternador. Otra historia es que te transladaras a una zona nueva, desconocida para tí: Sin sonda, no podrías pescar a fondo con provecho. Lo que sí debieras probar es un GPS portátil con plotter gráfico no necesariamente en color y mapa de tu zona. Te lo traes y te lo llevas en el bolsillo y guardas todas tus marcas en el. Cuando quieras volver a ellas, te llevará con mucha mas precisión que las enfilaciones y sin depender de si hace calima o no. Saludos cordiales,
  6. tolopesco

    La Roca del Grao. Otoño 2008.

    -¿Sabes que en la Roca del Grao están sacando sacando dentones y samas que no es normal?. -No jodas ¿Al jigging?. -¡Si tío! Unos de Valencia con una barquita pequeña que pone Hiro. -Pues habrá que ir. -Pues este sábado en mi barco. Salimos desde La Puebla. Esta conversación telefónica tuvo lugar este otoño, entre mi amigo el de Pobla Marina y un servidor. Nos había dado a ambos por prospectar nuevas zonas, cada uno desde su barco y compartir señas y hallazgos. La zona no nos era desconocida y la mayoría de su relieve submarino estaba ya en el Max Sea de abordo. Nada mas llegar vimos un par de lanchas pegándole en un sitio conocido donde el fondo se levantaba formando una mesa. El primer dentón de unos 3 kgs. le pegó en seguida a mi compañero el patrón y en menos de un minuto entraba en mi salabre. ¡Joder, esto promete!. ¡BONG, BONG! Mi triflex que había quedado en el cañero, apenas levantado el searock de 125 grs. unas pocas vueltas para no enrocar, estaba volviendose loca y doblándose de forma preocupante. La tomé ¡Este es bueno!...Se soltó. Vuelvo a lanzar a favor del viento y nada mas tocar fondo ¡Bing, Bing! Recojo. -¡Serranooo!- Anuncio, no del todo descontento. -¿Y si lo ponemos con una botella? Dice mi compi...-¡Espera, creo que tengo otro!. Como disponíamos de aparejos montados, con ancoreta terminal y anzuelo corrido, realizamos los montajes en un plis plas mientras retomábamos de nuevo la deriva justa. No nos aburrimos: Una de las botellas empezó a bailar al pasar por la zona donde habían pegado los otros. Recogimos sin tensión: El serrano había volado ¡Mala suerte!. -¡Hostia, la otra! ¡BONG, BONG...BOOONG! Este dentón (unos 4 kilos) también acabó ensalabrado. Estábamos satisfechos y no quedaban serranos, dimos otra vuelta y el patrón se dedicó, esta vez indolentemente, a bailar un rubber jig de unos 100 gramos. -¡OOOOPS! -¿Te ha pegao? -¡Sí, sí, joder! Recoge, recoge...al salabre. Otra bonita pieza de 3 kilillos. -¿Vamonos? -¡Vamonos!...Y contentos como unas castañuelas. -¡Oye!...¡No se lo digas a nadie el sitio! -¡Ni de coña!. FIN
  7. Esa pregunta se la tendrías que hacer a Ibarretxe, puesto que uno de sus técnicos habrá alumbrado y redactado la gran idea y después su grupo parlamentario la habrá aprobado en el EJ. Pero no tengas envidia que seguro que los de Cantabria se copian enseguida. Todo esto: No se fuma, no se corre, no se bebe en la calle, no se pesca de noche, no se pescan pulpos o atunes o almejas. Son reglamentaciones de tipo comunista a favor del Estado (presuntamente) y en perjuicio de la libertad de muchos ciudadanos. Saludos cordiales,
  8. Casi todos estamos familiarizados con esta gráfica de abajo de las webs Puertos del Estado: Mirad la altura de la ola de 15 metros en la boya de Santander. Hay que tener en cuenta que lo que transmite la boya es la llamada ola significante. Para su cálculo, las boyas automáticas, que miden la altura de las olas y transmiten luego los datos a la base de Puertos del Estado, recogen las 100 últimas, de las que extraen las 33 más altas y calculan una media, que recibe el nombre de significante. Hasta este temporal, el récord histórico de oleaje en las costas españolas lo tenía la boya de Estaca de Bares con 12,8 m en el temporal de 11 de marzo de 2008 ( las boyas solo tienen registros desde el 1996) El problema es que se supone estadísticamente que la altura de la ola máxima es 1,5 veces el de la ola significante, lo que quiere decir que en la noche del 24 de enero pasó algún monstruo de 22,5 metros. Hay que señalar que los 13 metros de ola significante de Silleiro, Villano y la Estaca también pulverizaron el récord de 12,8 y se convierten en el máximo medido en Galicia. Las olas máximas serían de 19,2 metros. FIN
  9. Pampero, Me puede interesar: ¿En que estado dirías que se encuentra? = Nuevo, seminuevo, en buen uso o usado?. ¿Debemos entender que el cuentametros está instalado en el profundizador y que funciona?. ¿Cuantos metros de Dyneema lleva? ¿Cuales la resistencia de ese trenzado? Saludos cordiales,
  10. tolopesco

    Adios Pepe Vargen...

    Lo conocí personalmente en el Cipri, en una de las primeras comidas de hermandad del foro. Ya conocía su fama de pescador y la de su barco el Eclipse: Un tipo discreto y amable. A mí también me enseñó a confeccionar sus aparejos de paternoster con perlitas, de esos que resisten y no se lían. Los preparaba con unas microperlas diminutas, cubría los anzuelos con papel de aluminio y los embolsaba, listos para su uso, en pequeños álbunes de fotos por número de anzuelo. Si creemos que hay algo mas allá, podemos dar por seguro que Pepe esta bien. Acompañemos en cambio en su pena a su familia y al pobre Julio, su colega de tantas pesqueras que lo estarán echando tanto de menos.
  11. El Mani, el Javi y el Tolo Tengo muy buenos recuerdos de mis primeras experiencias con el jigging, hace muy pocos años, con Jaume el Manisero y su primo Javi ¡Valla dos spinners!. Usabamos unos pseudo searocks niquelados de 80 gramos que lo pescaban todo. Los hacia el Manisero en el taller que trabajaba de escultor. Ya no le siento por el foro ¿Que habrá sido de el?. Fue una mañana fea y ventosa en la Roca de Almenara en un sitio con un relieve no muy abrupto, pero que visito a menudo y que ya me ha dado otros dos "cabezones": Caña Triflex Caranx Medium, carrete Simano Stella, trenzado amarillo Power Pro de 30 libras, 4 brazas de fluorocarbono de 40 libras y un jig Searock de 125 grs. con su ancoreta original. Profundidad 38 metros. Movimiento tirones largos y pausados y cada 10 veces recogida rápida sobre los últimos 15 metros y vuelta a soltar. Dejando derivar el barco. ¡BONG! Clavó como un enroque y enseguida varios cabezazos violentos ¡BONG! ¡BONG! ¡BOOONG! que me llegaron a sacar algo de hilo, a pesar de tenerlo siempre tarado a unos 10 kilos. Tardé un par de minutos taquicárdicos en tenerlo a tiro de salabre, ambos él y yo con el bofe fuera: Él por la descompresión y yo ... por la adrenalina. ¡Que bonito que era! Unos tres kilos de plata constelada de azul. ¡Ahí me enganché!. FIN
  12. tolopesco

    dudas!

    Como dice Carai: ¡Depende! Para pescar con un anzuelo y plomo corrido con 2,5 metros sobra (menos o es un palo, o es un moco), pero si te gustan los aparejos de bolantí de 2 metros de largo necesitarás una caña de al menos 3,5 metros para dominarlos. Y en pesca de roca variada, le diria al compañero CarlosBalis que sí que pesca mas una caña larga...porque puede manejar aparejos largos tipo competición. Saludos cordiales,
  13. Quiero conservar aquí, mas a mano, este artículo de mi admirado Perez Reverte: Hay algo equivocado en la idea que los españoles tenemos de la navegación deportiva: competiciones transoceánicas, yates fondeados en lugares lujosos, regatas con la familia real al completo y nietecitos rubios incluidos, ropa supermegapija de marca y mucha America’s Cup, que es como –tan idiotas para estas cosas como para otras– llamamos ahora a la Copa América de toda la vida. Esa idea errónea se ve reforzada por nuestro sistema de puertos deportivos, y por la imagen que de ellos dan ciertas organizaciones ecologistas, bloqueando proyectos que, ejecutados con honradez e inteligencia, serían beneficiosos para todos. Y así, España, pese a estar hormigonada de costa a costa, es paradójicamente uno de los lugares peor dotados en puertos deportivos de la Europa mediterránea. Y cuando se construyen, es para dejar fuera a los auténticos navegantes. A la gente de mar con vocación y ganas. Para advertir la diferencia, basta mirar afuera. En cualquier época del año, haga frío o calor, con sol o nublado, con viento o sin él, te asomas un fin de semana al fiordo de Oslo, a los alrededores de la isla de Wight o a la bahía de Hyeres, por ejemplo, y encuentras el mar lleno de velas de todos los tamaños; de familias que navegan lo mismo en barcos de esloras grandes como en veleros de cinco o siete metros, o pequeños balandros. Se trata allí de una afición real a los barcos y la navegación, practicada lo mismo por fulanos canosos con pinta de patrones curtidos, que por señoras intrépidas y tranquilas amas de casa, o niños de pocos años que, con sus chalecos salvavidas puestos, manejan con soltura cañas y escotas. Todo eso crea un ambiente marino auténtico, de lo más agradable. La sensación de que esa gente ama el mar y lo disfruta. Aquí es diferente. Excepto los admirables pescadores deportivos, que salen con sus barquitos en cualquier tiempo, los navegantes españoles suelen ser de verano y domingo soleado con poco viento. Sobre todo en el Mediterráneo. Si navegas en invierno por las costas españolas, cuando ves una vela que viene de vuelta encontrada sabes que, en nueve de cada diez casos, se trata de un inglés, un holandés o un francés. Pero ésa no es la cuestión. En los barcos españoles, lo usual son las esloras largas, de doce metros para arriba. Es frecuente, incluso, cierta proporción inversa: a menos horas navegadas, más enorme es el barco. Y si se trata de barcos a motor, ni te cuento. Lo nuestro es barco grande, ande o no ande. Con el resultado de que los pantalanes están llenos de yates a motor y veleros ridículamente enormes, que nadie usa más que un mes al año; pero que sirven para pasear por el club con ropa náutica a la última, ir quince días a Ibiza o, como mucho, fondear a dos millas del puerto, los domingos de sol, con la familia y los amigos. Ése es el tipo común de propietario que ocupa puntos de amarre en los puertos españoles. Y lo que es peor: el personaje a cuya imagen y semejanza esos puertos se han construido en los últimos veinte años, y se van a seguir construyendo, ahora más que nunca. Porque ésa es otra. Puesto que de momento el ladrillo tierra adentro se ha ido a tomar por saco, algunos de los sinvergüenzas que mataron a la gallina de los huevos de oro le han echado el ojo a los puertos deportivos. Toda esa posibilidad de cemento y dinero –negro, como de costumbre– los pone calientes. Y como se da la oportuna casualidad de que nuestros puertos están bajo la jurisdicción de las mismas autoridades autonómicas con las que esos pájaros se comen las gambas a la plancha, todo es cosa de reconvertir objetivos. De pronto, sospechosamente, las concesiones que antes tenían modestos clubs náuticos y pequeños puertos locales, donde aún se respetaba el barquito pesquero o el velerillo de poca eslora, se han vuelto presa codiciada para una increíble cantidad de golfos ladrilleros, con sus padrinos, que buscan adjudicarse ampliaciones y concesiones portuarias en las que, naturalmente, las palabras navegación y deportiva son lo de menos. Mucho punto de amarre, en cambio, para grandes esloras, que son las que dejan pasta: de cien mil euros para arriba por barco. Figúrense. Así, a los promotores –que además lo ignoran todo sobre el mar– les da igual que esté allí un español que un jubilata extranjero, que al final suele ser quien afora. Y a los usuarios de toda la vida, que les den. Si antes resultaba difícil para los patrones humildes encontrar amarres, a partir de ahora será imposible. Ya lo es. A eso añadan el calvario del papeleo, la burocracia infame y la absurda normativa que el Ministerio de Fomento exige a la navegación deportiva en España. El resultado es que esa jábega de golfos está consiguiendo hacer verdad lo que antes era mentira: que el mar sea un lugar para ricos y domingueros, y que ni siquiera un modesto barquito de vela esté al alcance de todos.
  14. Fedecor, Ese suplemento era un invento del tebeo que instalé el año pasado para optimizar el sonar INTERPHASE que llevo con un transductor a cada lado: Tienes razón, esta muy expuesto a golpes y enganches. Pero ya se lo he quitado de ahí y puesto de otra manera. Todos los años lo cambio ¡Soy así!. Saludos cordiales,
  15. Toni Miyam, Antonio La Polar y Manu Tolopesco Había organizado, mas bien liado, a algunos de los contertulios mas fieles del foro "los de Valencia" a una concentración, arrejuntamiento en ciertos foros amigos, sin mas objeto que el de volver a pasar un rato juntos, unos días antes de Navidad. Para darle el aliciente que siempre ofrece la competencia, les propuse jugar a quien pescaba mas especies y costear un jamón entre todos, que se llevaría un único ganador. La idea recibió buena acogida y en seguida aparecieron por el tema las esperadas puyas, retos y desafíos. Que si -¡Yó ya me estoy comprando el jamonero! Que si -¿Tu que vas a pescar mig-pollet?. Las reglas eran bastante simplonas, como me pareció que correspondía a una fiesta de amiguetes: Como modalidad vale todo, menos la dinamita, como se apresuró en especificar Toni, ofendiendo un poco nuestra integridad de "cachanrilisers". 10 puntos por especie y 1 punto por pieza. Allá cada uno con las tallas mínimas. Llegó el día esperado. Un sábado frío de Diciembre con el anticiclón en el cogote y la mar como un plato. Mi único tripulante -Julius- apareció con temblores, sospecho que producidos por el "mono" de no haber cogido la caña en varias semanas. Había oido hablar de enormes capturas de doradas escapadas de unas piscifactorías cercanas. Semanas antes había rastreado con éxito a la embarcación presuntamente implicada en esas tropelías, así que ya tenía claro el punto idóneo para empezar la jornada. Había que asegurarse tres especies atípicas en invierno: La dorada, el jurel y la anjova. El pescado de roca vendría después mas fácilmente. La ausencia de brisa nos permitió realizar una lenta deriva paralelos a las boyas amarillas de la granja marina. Con langostino como cebo en el "paternoster" de dos anzuelos me dispuse a pillar una de esas pálidas doradillas desescamadas de campo de prisioneros. Mientras, mi tripulante pasaba de mis instrucciones y febrilmente preparada un lamentable aparejo de plomo corrido, cebándolo con unos maravillosos americanos que yo quería reservar para otras aguas. La dorada no tardó en aparecer, seguida de otra dorada y de otra, y de ...¡Coño doblete! ...Mientras mi compañero, que ya empezaba a rascarse los antebrazos obsesivamente, no obtenía ningún fruto de las plegarias que yó le veía murmurar. Ya cumplido el cupo de exprisioneras, me dispuse a montar un aparejo compuesto de una traca y un rubber de 100 grs. para ver de engañar a los siguientes en la lista: Anjovas y jureles. -¡Por fin! Gruñe mi compañero: Su caña se había arqueado alegremente y la pieza prometía ser bonita...¡Que cabrón! Una vidriada mucho mas grande que mis doradillas que embarcó sin ayuda en un periquete. Me miró con suficiencia, y me dijo ¡Creo que te voy a hacer caso y poner langostino!. En la siguiente deriva yo le explicaba que mientras pescaba con langostino en el "paternoster" iba a poner una cañita blanda con la traca y el "tamagochi" para que pescara sola en un cañero casi paralelo al agua. Él me escuchaba con educación y cierto desinterés... -Vale ¿Tu crees que picará algo? Seguí alternándo las hambrientas doradas con algún pagel pequeño, que mi compañero que había ya obtenido un segundo premio consistente en un precioso pagel cuasi kilero, observaba con cierta displicencia. -¡Oye tu caña! Exclama asombrado mi marinero, refiriéndose a la solitaria que colgué en la banda y que movía el barco en su vaivén. -¡Sacala, sácala! Le apremio. Se afana y observa asombrado un doblete de anjovilla de 200 grs. y jurel. -¡Jo, Jo! Presumo. Son 22 puntos. -¡Jo, que suerte! Me dice el tío asombrado. Vuelvo a calar traca y "tamagochi" a una braza del fondo y continúo a puntuar con la otra caña en la mano, ya pensando en mover a otro sitio. -¡La caña esa se dobla mucho! Murmura el colega: La tomo, noto un pulpo, seguro que es un pulpo, y gordo. Bombeo y le aviso: -¡Un pulpo, salabre!. -¡Un pulpo? ¡Joder tío!. Lo subimos sin problemas y mi marinero muestra su oficio liquidándo al infeliz, dándole la vuelta a la cabeza como un calcetín en un plis plas. -¡Vámonos a por una chucla, a ver si hay suerte! Le digo. Nos alejamos sólo, unos cientos de metros. Tenía una seña donde el día anterior, entrenando, había clavado la primera chucla de que tengo recuerdo. En el roquero: Menudearon mas pageles, serranos, bogas, algún sargo y ¡Joder! Dos chuclas. Entre las chuclas y el aparejo de la traca que seguía sacando el solo, un número absurdo de jureles, algúna anjova mas y hasta pageles de buen tamaño, mi marinero estaba maravillado...y un tanto mosqueado. -¡Joder con la puta traca! Musitaba ensimismado. -Y dice el tío que viene a por una chucla y saca un doblete. Tras hacer recuento y con la nevera amediada, concluimos que nos faltan aún extrañamente los puntos correspondientes a los omnipresentes pagres y una vaca. -¡Tío, mira bien ese, que es un pagre! -No Manu, es un pagel. Dictamina severo como un juez mi compañero. -¡Hay que cambiar, recoge cañas! ¡Una vaca. Mi reino por una vaca!. Debo confesar que carezco de los anzuelos,...y la finura, necesarios para pescar doncellas en la mar y en la vida. Así que no contaba con ellas. Sé donde puede haber loritos, pero en invierno desaparecen. Había que encontrar una vaca y ordeñarla. Por fin en unas piedras a poca profundidad cerca del puerto, la aparición de una vacucha esmirriada me llenó de satisfacción y pronto atrapamos el pagre que incomprensiblemente se había hecho tanto de esperar. Llevábamos 13 especies y ya era hora de retirarse y acudir al recuento y la comida. Tic, tic, tic...avisa la caña...La saco sin esfuerzo ¡Una hurta!. -¡Hay que joderse! Refunfuña admirado mi sin par Patronio. ¡Hay que joderse, que suerte que tiene el tío!. FIN
  16. A los que tenemos un barco, en mi caso un barquito , nos suele encantar que nos acompañen a bordo. Incluso algunos mas afortunados, armadores de un pesquero de altura, precisan ineludiblemente de esa compañía: La tripulación. En la mayoría de los casos sufrida y no remunerada, que por afición y amistad comparten los placeres y riesgos de las singladuras marítimas. Con el ánimo de instruir a los nuevos tripulantes y armadores, he preparado este decálogo que recopila viejas y sabias costumbres marítimas: Decálogo del tripulante –no- remunerado: 1. El barco es necesariamente una entidad –no- democrática. El patrón toma todas las decisiones. 2. Los tripulantes tendrán voz, pero no voto. Las disputas serán consideradas amotinamiento y tratadas en consecuencia. 3. Los tripulantes ayudarán en las maniobras y durante las operaciones de carga y descarga. 4. El exceso de equipaje está prohibido. Todo lo que exceda de una caña y una mochila se considerará exceso de equipaje y deberá ser aprobado previamente por el patrón. 5. En el ejercicio de la pesca, los tripulantes fijos utilizarán sus propios equipos y cebos. 6. El patrón elige el primer trofeo. El resto se reparte equitativamente. 7. El calzado náutico es obligatorio a bordo (los visitantes con chanclas serán arrojados al mar). 8. Los tripulantes fijos ayudarán a arranchar el barco a la vuelta, llegados a puerto. 9. Las provisiones para la jornada son a cargo de los tripulantes. Tratándose de de un tema de Seguridad, el patrón juzgará antes de la salida si son suficientes en cantidad y calidad. 10. Confidencialidad: Los tripulantes no revelarán ningún detalle recogido abordo tales como waypoints, trucos, infracciones, consumiciones ...etc.). FIN. Año 2008.
  17. tolopesco

    El palometón

    Este no es mío ¡Eeeh! Es uno de los muchos que lleva el fiera de mi vecino de pantalán. Miré el reloj: Eran las 6 de la tarde y la mar del sábado, después de les chubascos del mediodía, se había quedado bastante calmada. Navegaba yo solo, en mi pequeño Cap Camarat de 7,25 metros. Había colocado dos cañas al curricán con una caballa en cada una, pescadas al “jigging” con una traca de plumas blancas que me parecíeron demasiado grandes, unos 30 centímetros, pero las monté porque no tenía otras. Estaba probando un, para mí, nuevo accesorio – pesca viva – consistente en un cono de plomo montado en una pequeña base de plástico rojo con dos pinchos, que se monta con facilidad bajo la cabeza del cebo impidiéndole girar sobre si mismo al ser arrastrado en la estela y que ofrece una natación muy natural. Patrullaba en la isobata de los 5 metros, por la playa aún casi desierta de mediados de mayo, buscando palometones sin mucha fe. Las gaviotas pardelas chillaban muy excitadas por doquier, persiguiendo las abundantes sardinillas. Como no tenía ninguna confianza en las caballas, puse una tercera caña con un “raglou”, bastante larga, por tentar una lubína o una bacoreta cuanto menos. De repente –“RAS, RAS”- Me giro a observar la caña cuyo carrete está cantando tan violentamente, un Penn pequeñito de 30 libras cargado con línea de color verde fosforescente del mismo libraje, y observo decepcionado que la línea sale ahora de forma continua sin interrupciones – “RASSSSSS” - ¡Está enrocada! Paro el motor, pero continúa saliendo -“RASSSSSS”- En efecto aún llevamos algo de arrancada. Dudo, aprieto el freno con cuidado y vuelvo aponer en marcha el motor, la línea viene tras el barco ¡No está enrocada! La evidencia aún no me ha calado completamente pero con disciplina recojo primero las otras dos cañas una tras otra. Con la cubierta despejada, retiro la caña del cañero y empiezo a recoger línea, traigo algo que en un principio me parece inerte y solo un poco más pesado que el mismo cebo. Aún dudo de tener algo al otro lado de la línea, pero sigo recogiendo con atención - “RASS, RASS, RASSSS” - ¡Joder! ¡Que bestia! Pensaba excitadísimo mientras aguantaba la caña con ambas manos. Tenía que ser un palometón muy grande, o una lecha. ¡Arriba! Gira manivela, gira, gira “RASS” Gira, gira “RASSSSSS” ¡Hijoputa! Se me ha metido bajo el barco, me va a cortar con la quilla, con dificultad meto la puntera en el agua y logro cambiar de banda por la proa. Tras mucho batallar y renegar, por fin veo que llega el “leader”. Dejo la caña en el cañero y jalo a mano de los últimos metros de línea tratando de atisbar entre las turbias aguas de primavera. De pronto el “toro” que está al otro lado del hilo, decide que ya está bien de cooperar y me arranca dolorosamente la fina línea de las manos desnudas. Nerviosísimo, dejo la caña y voy al camarote a buscar el par de guantes que llevo, muertos de risa, para ocasiones como la actual. Con los guantes puestos voy acercando a la “bestia” con muchas dificultades, cuidando que no rompa la 30 libras. No recordaba haber sentido nunca tanta fuerza al otro lado. Finalmente lo veo ¡”Joooder”! Es enorme, ¡Enorme!. He olvidado coger el gancho. ¡Al camarote! ¿Dónde está? ¡Aquí ya lo veo, leches, se engancha en otra caña, que nervios! – RASS, RASS – Oigo en cubierta impacientarse el monstruo. Recojo otra vez con cuidado. ¡Ya lo veo! Es un palometón como un hombre de grande. Está cansado, logro acercarlo a la banda y por fin, me muestra el costado ¡Joder es enorme! Tengo la línea en la izquierda y alargo la derecha para coger el gancho, cavilando febrilmente como cojones iba a pasarlo por la borda sin que se soltara. De pronto ¡Algo va mal! Levanto la línea sin tensión ¿Qué ha pasado? ¡Esta suelto! ¡Pero si sigue ahí a 1 metro de mi mano! Se ha equilibrado y se mueve despacio hacia delante y hacia el fondo ¡Valla cabezón que tiene! Por un instante de locura se me ocurre precipitarme a ganchearle como sea, saltar tras el y asirle de la cola. Siento nauseas, taquicardia, estoy hiperventilando. Allí me quedé como un tonto, un poco mareado, durante unos segundos que no olvidaré fácilmente, le observé partir despacio pero ileso. ¿Sin foto, quién creerá mi aventura? Pasé de la excitación a la depresión. Me daban ganas de llorar ¡Mierda!. Embragué de nuevo el motor y me dirigí tristemente hacia puerto. El cabrón había podido conmigo. Estuve divagando imágenes sobre que lo había embarcado y que me lo llevaba a puerto y le pedía a mi hijo adolescente que viniera a fotografiarme y que todos admiraban mi enorme palometón ¿Merecería un record?...Luego empecé a pensar que hacer con el cadaver, de llevarlo a casa ni hablar. Nos gusta el pescado pero no comemos palometón ¿Qué conocido podría querer un palometón? Me ví tirándolo a la basura y la imagen me resulto intolerable ¡Un animal tan bello!. Lo ideal hubiera sido fotografiarlo y devolverlo. Imposible yo solo, y matarlo solo por presumir excede lo que mi actual sensibilidad responsable puede soportar. Empecé a pensar que quizá había sucedido lo mejor para ambos: Él salvo la vida y yo viví casi toda la emoción…sin sangre y sin cadáveres. ¿La zorra y las uvas?... ¡Quién me ha visto y quien me ve!. FIN. Mayo 2008.
  18. tolopesco

    Pescando salmones en EEUU

    He tenido que viajar recientemente por motivos laborales a los Estados Unidos, concretamente a Michiana, la zona comprendida entre Míchigan e Indiana a orillas del Lago Míchigan: Oí que por allí había un río salmonero muy famoso, el St. Joseph. Se trata de una zona muy boscosa llena de ríos y lagos. La población que cuenta es católica y próspera, procedente de colonos irlandeses. A pesar de tratarse de una zona semiurbana con abundante población, así como industria y comercio, la naturaleza reclama constantemente mi atención, siendo el paisaje especialmente asombroso ahora en otoño con los bosques de hoja caduca cambiando sus tonalidades en diferentes escalas de color y tiempo. Los gansos, ardillas y ciervos son tan abundantes que se avistan continuamente desde el coche y sobre todo los mapaches. Estos desgraciadamente siembran de cadáveres los arcenes de las carreteras. Aquí el mes de octubre es plena temporada para la pesca del salmón: Los salmones de los Grandes Lagos con pesos sobre las 20 libras, abandonan sus zonas de caza habituales y remontan los grandes ríos como el St. Joseph, ramificándose luego por sus afluentes, hasta llegar al torrente perdido donde nacieron y allí buscar una zona arenosa apropiada, para desovar y morir. Para facilitar su subida por los ríos, algunas presas disponen, como también se puede ver alguna en Asturias, de “Salmon Ladders” o pozas formando escaleras para que el salmón pueda ir saltándolas y así superar el desnivel. Siguiendo los consejos de aficionados locales conseguí primero mi licencia del Michigan Department of Natural Resources, 41 $ para todo el año. Es posible adquirir licencias diarias por unos 10 $, pero yo pensaba pescar mas de 4 días. Es de admirar la facilidad con la que se pueden comprar en los EEUU todo tipo de licencias de pesca o de caza en las tiendas y grandes almacenes, incluso los domingos. Yo compré la mía en el omnipresente Wall Mart. Mi amigo Terry, gran pescador de mosca, me prestó sus vadeadores de repuesto, imprescindibles para esta pesca, durante toda mi estancia. Ya mis otros amigos locales, conocedores de donde me aprieta el zapato, me habían llevado mi primer sábado allí a visitar el famoso Cabelas en Dundee durante mi primer fin de semana allí. ¡Asombroso! Nada similar en España. Para imaginaros como es, pensad en un Hipermercado de los mas grandes; que solo vendiera caza y pesca, con las mejores marcas, y a precios de internet... Con grandes acuarios y estanques conteniendo todos los grandes peces locales y un almacén de cebos vivos enorme con grandes cubetas donde se pueden escoger y comprar todo tipo de cebos vivos, incluyendo variadísimas especies de peces cebo en cubetas con aireadores. Pero esto sería tema para otro artículo. El caso es que me había comprado a muy buen precio (80 $) una caña de spinning Cabelas de 9´5 pies de dos piezas para hilo de hasta 30 libras y señuelos de hasta 2 onzas, que pienso dedicar al lanzamiento de poppers y buldós de vuelta en casa y una monada de carrete Stradic 4000 (90 $), que para allí aún les parecía algo grande. Bien aconsejado, me dirigí durante mi primer domingo al Dowagiac River, un afluente del St. Joseph que me recordó mucho al Río Sella, con la ventaja de que se encuentra a unos 15 minutos de mi hotel en la ciudad de South Bend (también estuve viendo a los Irish en un partido de fútbol americano universitario). Hay allí una presa sin escalera que impide a los Salmones subir mas arriba y un pequeño parque público donde aparcar el coche y acceder al río. En Michigan hay muchos ríos y lagos, pero los accesos tienen sus complicaciones, ya que las tierras ribereñas tienen dueño y no pueden ser atravesadas. Debes utilizar accesos públicos, o bien conseguir permiso del propietario para aparcar y acceder, unas veces es gratis, pero otras veces tienes que ofrecerles unos pavos (5 a 10 $ está bien). Llegué a eso de las 14:00 horas ya comido, localmente se come a las 12:00, a pesar de que me habían advertido que el salmón pica mucho mejor después de oscurecer. Pero quería conocer primero el río. Me aconsejaron que comenzara con "spinners", es decir con cucharillas, tipo Lucio, del tipo de las que vende la marca Mepps. Ni corto, ni perezoso me enfundo los “waders” y comienzo a vadear el Dowagiak de la presa hacia abajo con el agua por la cintura, a cañazo limpio. La corriente es fuerte en algunas zonas y el fondo irregular. Hay que andar con ojo de no caerse. Nada mas empezar y en presencia de muy pocos pescadores, todos mosqueros, observo un joven con un equipamiento similar al mío, que viene en mi dirección por los rápidos, mientras arrastra como puede un Salmón de mas de 10 kilos ya colgado en el porta peces, también con el agua a la cintura y contra corriente. ¡Que dientes que tienen, y que feos que son los cabrones! Me empiezo a poner cachondo. ¡Ya me entendéis!. Monté el carrete con línea trenzada amarilla de 20 libras, pero un líder corto de fluoro carbono de 8 libras, porque me han advertido que hay que trabajar así de fino. Lo primero que me doy cuenta, es que no hay manera de conservar limpia 30 segundos una cucharilla en un río de agua rápida que es una sopa de hojas. De hecho es la temporada y llueven hojas continuamente de los árboles. El sistema que me han recomendado es explorar las pozas y zonas idóneas con la cucharilla, lanzándola o mejor dejándola llevar por la corriente. El salmón no come durante el desove, me dicen, ni busca alimento alguno. Solo conseguiremos que alguno pique por instinto si le pasamos el señuelo por el morro. No obstante se espera también en el río a los Steal Heads, que son unos salmónidos oportunistas, de menor tamaño pero aún así buenos trofeos, que suben el río en pos de los salmones para comerse sus huevos. Observo varias picadas emocionantes a los pescadores de mosca pero al final, tras violentos saltos y carreras, todos logran escapar. Yo no tengo picadas. Debo aprender más sobre el río y desde luego cambiar de cebo, estas cucharillas recogen demasiadas hojas. En mis siguientes visitas aprendo que aquí los pescadores no exploran a voleo, sino que son muy precisos tratando de poner los cebos justo en el metro cuadrado donde piensan que hay algunos salmones. El río se va llenando de salmones enormes y se los ve saltar o colear con mucha frecuencia. Me recomiendan que pruebe a pescarlos con yarn eggs, que es una imitación clásica de un huevo de salmón, realizada con una lanilla, aunque se consiguen ya preparadas con el anzuelo puesto y de todos los colores, que es lo que están usando casi exclusivamente mis vecinos los pescadores de mosca, según observo. Preparo varios aparejos con líderes cortos de 8 libras y 2 pelotillas de estas en línea o en paralelo. Las cametas deben de ser cortas, me dicen, de 50 centímetros o menos para que el plomo que se intercala las mantenga en el fondo de la corriente y no floten muy arriba. Por consejo de los locales, este plomo intercalado de barrita es muy ligero de unos 10 gramos para permitir que al tensar la línea se lo valla llevando la corriente, la idea es ir explorando “tap, tap, tap” tensando y soltando hilo para que la corriente presente el cebo de forma natural llegando al pez que permanece nadando estático en un punto de la misma. Recorriendo el río paso al lado de un colega que mientras pesca, mantiene vivos a dos hermosos salmones, uno rosado y otro azul atados en el agua a una rama de la orilla. Este aparejo va mejor, no recoge hojas ni se engancha, no obstante los anzuelos me resultan pequeños para las bocas que he visto. ¡Ellos sabrán!... ¡Por fin, picada! Algo vivo se mueve al otro lado de la línea. Indudablemente he enganchado un gran pez. La línea trenzada me transmite perfectamente su movimiento. No obstante pasa algo raro, el pez se resiste a abandonar el lugar en el que se encuentra, pero no huye ni pelea. Una y otra vez trato de alejarlo de su sitio ¡Ya lo vemos, está desovando, hay dos juntos! Terry, a mi lado, comenta muy risueño que el pez, obsesionado en el desove, no me está tomando muy en serio aún. Yo recordando todo el rato que mi línea tiene solamente 4 kilos de resistencia y el monstruo pesará unos 10 kilos, me mentalizo para una larga batalla. Finalmente mis esfuerzos por sacarlo de la playita donde se encuentra tienen un explosivo desenlace, dos carreras, varios saltos y coletazos. No me atrevo a cerrar más el freno. En el último salto el anzuelo vuela hacia mi cara como una bala, lo esquivo por instinto. ¡Mierda! Se ha ido. Todavía engancho otro esa noche. Esta vez algo va mal desde el principio: Está robado por la cola. ¡Ese se irá! Ríe Terry. El pez tira como un toro. Está furioso. Me saca 50 metros de línea a pesar de que intento chapotear por el río siguiéndolo. ¡Se va a meter entre un árbol caído! Engancha la línea y escapa. Adrenalina a tope, le doy una patada al tronco. La tarde siguiente me propongo no pescar mas a la “americana” y compro la línea de fluorocarbono mas gruesa que encuentro en la zona, de 16 libras que tampoco es para tanto, y unos mortíferos anzuelos Gamakatsu del 2. Preparo nuevos aparejos pero soy incapaz de transferir los huevos de lanilla a los nuevos anzuelos. Compro un botecito de cristal con “Auténticos huevos de salmón para cebo en aceite” que vienen varios en unas bolsitas de malla, supongo que para anzuelar todo junto. ¡Se van a enterar! Hoy no viene Terry, pero me ha pintado en un planito donde puedo encontrar un buen grupo. Cuando me voy acercando veo un pescador allí. Me entretengo lanzando a ver si se mueve a otro sitio. Efectivamente viene en mi dirección. Lleva un “pedazo de salmón” que pasa con mucho de la media local. Por supuesto que se va del río, ya va cumplido por esta temporada el jodido. Me guiña un ojo y me suelta un localismo que no llego a pillar, mientras señala con la cabeza hacia el lugar de donde viene. Me dirijo hacia allí. Es una poza a un lado de una isleta en el río, protegida por una larga barra de arena, apenas cubierta por el agua y por tanto difícil de franquear para los salmones que encuentro esperándome en el lugar previsto: ¡No me lo puedo creer! En agua clara, observo una concentración de unos 20 salmones de tamaño parecido, pero monstruoso en cualquier caso. Algunos tan en la orilla que tienen el vientre en la arena y la aleta dorsal fuera del agua. ¡Que emoción! No siento las piernas, como Rambo. La escasa temperatura del agua tampoco ayuda. Pruebo primero con mis grasientas “Auténticas Huevas de Salmón”, sin que se produzca ningún resultado inmediato. Poco a poco les cojo las distancias y les voy colocando los huevos grasientos en el morro. Los ignoran, no están interesados en mis maravillosos huevos grasientos a 3 $ el frasquito. Como estoy corriente arriba, llego a golpearles los hipertrofiados hocicos con los saquitos de huevas apestosas que envuelven mis Gamakatsu: “tap, tap, tap”. Ni caso. Reacciono: Cambio las despreciadas huevas por mi cucharilla Mepps favorita: La negra con pintas rojas. Parafraseando a Chiquito: ¡Adelaaanntel!. Ya con la cucharilla, y en vista de que tampoco logro interesarlos, me empiezo a pasar con ellos, vamos que les empiezo a “faltar”, les arreo en la cabeza, los robo de las aletas...lógicamente ya sin ninguna fe. El triple que llevan las Mepps solo pueden sacar un salmón de ese tamaño si está bien embocado. A todo esto ha anochecido y cuando enciendo mi linterna “de minero” observo que los cabrones ya no están en lo profundo de la poza, sino que siguiendo alguna llamada atávica, se aprestan a salvar la barra de arena a mis espaldas y se encuentran todos rodeando mis pies en poco mas de dos palmos de agua. Me daba un poco de acojono. No se porqué, no son pirañas. Pero de verlos así a mi alrededor, tocando mis botas. Por un momento me salió el salvaje que llevo dentro, abrí mi ominosa navaja fileteadora noruega de hoja superlarga y comencé a evaluar la forma de pinchar uno, este rojillo mismo que me está rozando la bota con la cola, y sacarlo del agua como un oso. ¿Habrá alguien mirando?. Como en los dibujos animados, afortunadamente para el salmón y desde luego para mí, porque seguro que me hubiera caído y hecho el ridículo, llenando mis vadeadores de agua, el caso es que apareció mi ángel bueno: ¿Estas tonto, para que quieres tú un salmón robado, si no te lo puedes ni comer que estás de hotel?, ¡Valla un deportista de mierda!...Lentamente reaccioné y guardé el cuchillo, les eché una última mirada a aquellos bellos salmones y me marché, de nuevo chapoteando hacia el coche. Feliz con haber vivido esa experiencia y con haber vadeado ese río de nombre exótico y visto de tan cerca estos peces fabulosos, resignado con seguir siendo un buen pescador que muchas veces no pesca nada . FIN. Septiembre 2004
  19. Parte meteorológico: Hoy martes ha amanecido la mar en Sagunto como un plato y se ha mantenido durante todo el día. ¿Quien lo iba a decir ayer con el ventorro que hacía?. Saludos cordiales,
  20. Perdonad que os informe que para las zonas 3 y 4 se deben llevar dos linternas, no una ¡Y estancas cuidao!. Además repuestos de pilas y bombillas. Eso dice el decreto "Cascos", y eso es lo que van a controlar los inspectores y por supuesto la Guardia Civil. Otra cosa es que a veces se "enrollen". Así que linternas "pajilleras" y recargables a la red están fuera de norma y os pueden dar un disgustillo si los agentes tienen el día "soviético". Saludos cordiales,
  21. Para liarla un poco, hay un ofertón inglés creo que insuperable: 670 libras los 12x16 con display de Bennet (hidraúlicos). Vienen con kit de montaje e instrucciones detalladas para montárselos uno mismo. http://www.magicmarine.co.uk/trimtabs/stoc...t_specials.html Y tened en cuenta que los hidraulicos tienen una ventaja importante que es que cuando se averian se quedan sin presión y dejan de actuar. Los eléctricos se quedan metidos donde estén, normalmente solo uno de ellos, y tienes que volver con él metido donde haya quedado y desmontarlo. Los hidraúlicos en cambio, te dejarían el barco como si no llevara y tendrías mas tiempo para sacarlos y reparar. También es cierto que los hidraúlicos no se suelen bloquear y los otros... tampoco . Saludos cordiales,
  22. tolopesco

    TERMOCLIMA

    Estoy de acuerdo Pirata-1. Tu ejemplo, tomado en invierno, es muy interesante comentarlo porque viene a complicarnos aún mas el tema ¿Donde estaría aquí la termoclina?: No la hay, porque en el Mediterraneo en invierno la temperatura superficial y la profunda son muy parecidas. En cambio en verano en superficie puede haber mas de 26 grados como en el gráfico siguiente de la Universidad de Castellón y las aguas a 14 grados estarían a partir de los 60 metros. Definir donde consideraríamos que está la termoclina en el ejemplo de arriba no es fácil. Yo humildemente, no la identifico en el gráfico. ¡Mucho menos la identificaría en la sonda! Saludos cordiales,
  23. tolopesco

    TERMOCLIMA

    ¡Bueno, bueno!: Pido disculpas a Chacal, aunque seguramente no las necesita, si mi estilo ha sido impertinente. Solo pretendía hacer una gracia antes del "ladrillo". Dlabrax, He leido con mucho interés tu capítulo de Clay Coleman en el cual habla de termoclinas para definir los fenómenos de estratos con claras diferencias de temperatura que notamos a menudo los buceadores. Segun esto sería una termoclina cuando en la playa a escasos 3 metros de profundidad, flotando verticalmente notamos que nuestros pies se nos hielan porque penetran en una zona claramente mas fría. Yo no estoy de acuerdo, los estudios a los que me he referido vienen a decir que dependiendo de la posición geográfica la profundidad de "LA" termoclina empieza a los 50 metros de profundidad aproximadamente. Donde no se nos ve mucho a los buceadores. ¡Que decir del Mediterraneo español donde la temperatura mas profunda tomada en la costa de Castellón a 70 metros no baja de 14 grados en invierno!. Y Frasansu, no todos somos anónimos: Muchos de nosotros somos amigos, nos frecuentamos, nos fotografiamos, realizamos encuentros y no ocultamos nuestro nombre ni el de nuestra embarcación. Si utilizamos un "nickname" mas o menos gracioso no es precisamente por enmascararnos. Saludos cordiales,
  24. Pirata-1, ¡Acepto encantado! Disculpa el retraso en responder: He estado desconectado este fin de semana. Precisamente soy un amante de este concepto de barcos americanos. Yo disfruto de una versión francesa que no es tan radical pero es lo que había. Aquí estamos una peña del foro jiggeando como locos. Para los organizadores: TOLOPESCO - JEANNEU CAP CAMARAT 7,25 WA - SAGUNTO - VENDRÉ SIN BARCO Seguimos en contacto. Saludos cordiales.
  25. Los pirris, De momento nos has aportado buen estilo Mark, Yo también he tenido mi rifirrafe con el troll. Ha sido un buen ejemplo de comportamiento perturbado. Volviendo al tema del post, me encantaría asistir a la quedada en el caso de que alguien me quiera embarcar, porque ir desde Sagunto en una 7,25 iba a ser muy fuerte. ¡Enhorabuena por la iniciativa!. Saludos cordiales,
×
×
  • Crear nuevo...