Mi primera pieza fue una araña de unos 400 grs, frente a Castelldefels. Era en noviembre, con el mar algo más que movidito, pero me acababan de dar el motor, y me pudo la imprudencia. Me movía muy cerquita de la costa, igual a 4 o 5 metros de fondo, buscando el llobarrete. Llevaba una rapalita tipo llisa, de 7 cm. Debió picar en el momento en que viramos para volver a puerto, que el señuelo se iría hacia el fondo, y al verlo la araña se diría, mira, comida exórica. Entonces no sabía ni que había que ajustar el freno para poder oir la carraca, así que con el freno totalmente cerrado, ni picada ni carraca ni nada. Nos dimos cuenta al rato por que por detrás parecía como si arrastráramos algo en superficie que levantara agua. He de decir que en el summum de la inocencia no llevaba ni trapos, ni alicates, ni nada, y que la araña se mostró del todo incomprensiva y no colaboró en absoluto, así que ante su actitud violenta y amenazadora la dejé que siguiera jugando con la rapalita, y la introduje con señuelo y terminal en el cubo. Tapé el cubo, pero ni por esas mostró síntomas de colaboración, por que le daba contínuamente golpetazos. Por lo menos, al llegar a la cocina, ya se había cansado de la rapalita y la había soltado, pero aún persistía en actitudes incívicas, y a la que me acercaba, daba un coletazo y un salto de palmo al que yo respondía con un gritito y salto hacia atrás de unos dos metros. Menos mal que bastante rato después, le dió por morirse. Si no, me veo llamando a la guardia civil para poder recuperar mi fregadera.