Llevo años usando ambos tipos de portacarretes y me quedo sin dudarlo con los de rosca. Los de rosca tienen el inconveniente de usarlos en lugares de arena muy fina, y que se impregnen de ésta, si no se tiene el cuidado de retirar minuciosamente esta arena, con el tiempo estas partículas abrasan la rosca, saltando esta al apretarla para fijar el carrete. En cambio, la sujección es muy firme y su duración es bastante buena.
Los de cremallera son muy cómodos y rápidos para fijar el carrete, ganan en esto a los de rosca. El problema es que cuando se hacen lances fuertes, o se usan cebos grandes como el calamar, tienden a ceder un poco, gesto que produce cierta inseguridad en quien los maneja. Al poco tiempo, si se les castiga, los materiales se vencen un poquito y el portacarretes se empieza a volver impreciso, hasta que hay que sustituirlo. Con el portacarretes de rosca las manos grandes, suelen encontrar un agarre más agradable que en el caso de usar cañas con portacarretes de cremallera.