Mi primer mensaje en este foro no podía ser otro que el de mi presentación.
Me llamo Raúl, tengo 24 años y me inicié en el mundo de la pesca hará dos años y medio. En mi entorno tanto familiar como de amistades, la pesca ha pasado desapercibida, y nada hacía presagiar que yo sería el primero en hacer unos pinitos en este mundo.
Siempre, cuando iba a la playa siendo niño, me acercaba a todos aquellos hombres que tenían caña en mano, ya sea en espigones o en la propia playa. Me quedaba absorto viendo como lanzaban sus cañas, recogían, preparaban sus cebos, pan, lombriz, sardina....todo un ritual. Más ensimismado me quedaba cuando con suerte al recoger traían algún ejemplar, una lisa, una salpa...
Pasaron los años, demasiado años creo yo. Un buen día mientras "disfrutaba" tumbado en la arena de la playa viendo pasar a unos y a otros, leyendo libros, revistas o algún que otro apunte olvidado, me vino a la cabeza un pensamiento: "¿por qué no me compro una caña y así dejo de dar la lata a mi sufrida novia pidiéndole que nos volvamos ya a casa?".
Dicho y hecho, mi bendita novia me dijo que si con eso conseguía estar más de dos horas sin decir "vámonos ya" me la regalaba......y me la regaló. Una simple, de las pequeñitas, aún recuerdo como el hombre de la tienda de Santa Pola donde la compramos me explicaba con mucha paciencia cómo tenía que hacer lo "básico" para poder, al menos, intentar pescar. Nada más salir de allí nos fuimos a una playita por el faro de Santa Pola, preparé la caña con esmero y sin tener ni idea de lo que estaba haciendo, los consejos de mi primer y fugaz mentor eran en mi mente un cóctel demasiado turbio. Así pues, opte por montar aquello como buenamente pude, dar dos tirones del anzuelo para comprobar que si algo picaba no se escaparía con imperdible y plomo incluído, "poner" la coreana en su sitio (recordaré el primer mordisquillo que me dio) y a lanzar. Estaba feliz y nervioso, la atenta mirada de mi novia escudriñaba paso a paso lo que hacía, soltando alguna que otra carcajada cuando veía que se me desmontaba todo (ahí! apoyando...jeje). El lanzamiento fue desastroso, no podía ser de otra forma. Quince metros ,siendo generoso, pero los sentí como si hubieran sido ciento cincuenta. La divina providencia dejaría caer su bendición sobre mi anzuelo justo en el momento del lanzamiento, fueron 10 segundos, no había tenido tiempo de dejar posada mi caña sobre su pincho cuando vi como por primera vez aquello se doblaba, pensé: "¿esto es que algo ha picado?", el semblante de incredulidad de mi ferviente novia se tornó en curiosidad. Presto me dispuse a recoger mi caña y a las dos vueltas noté que "había clavado bien" y traía algo. ¡¡Qué sensación!! mi primera pesca, "no tenía ni cacharro para dejar aquel trofeo" pensaba mientras traía mi presa hacía la orilla. Tiraba, algo gordo llevaba, pensé. Cuando faltaban 5 metros para llegar a la orilla, una ola me echó una mano y terminó por dejar aquel precioso mabre sobre la orilla, dando coletazos y yo mirándolo como diciendo "ahora que hago yo contigo", tengan en cuenta que nunca había visto un pez enganchado a un anzuelo esperando a que yo fuera a desanzuelarlo. Total que cual gato hambriento me avalancé sobre él. No llegaría a los 300 gramos pero tenía la suficiente fuerza como para lanzar sus espinas dorsales sobre mis manos desprotegidas (moraleja, no toques un pez sin guantes, esa fue mi primera lección), el dolor fue lo de menos. Era mi primera pesca y había que celebrarlo.
A partir de ese día empecé a vivir la pesca más a fondo. No tanto como yo quisiera, el tiempo, las obligaciones y demás no dejan mucho espacio, pero intento sacar tiempo para "echar las cañas". Autodidacta desde el primer día, preguntando a pescadores (los que se dejaban preguntar) y demás artimañas he conseguido saber algo más de lo que sabía. Lo cierto es que todavía sé muy poco y sería un placer poder contar con la ayuda de vosotros para poder, en la medida de lo posible, intercalar alguna pesquera decente o al menos mínima entre las porras que suelo hacer con relativa frecuencia (porra,porra,porra,porra...jejeje)
Así pues si hay alguna alma cándida, que me consta que la hay (llevo mucho tiempo leyendo por aquí) de Santa Pola, Elche, Alicante...que pudiera aconsejar, técnicas, trucos y sitios donde poder tocar escama que se ponga en contacto conmigo incluso para poder quedar un día ( un buen consejo con caña en mano ayuda mucho) pues eso, que se ponga en contacto conmigo y hablamos.
Por lo demás, después de este ladrillo sólo me queda desearos a todos:
BUENA
Un saludo cordial!!!