Mi consejo es que, una vez la has clavado, intenta ir trayendola poco a poco, si saca hilo mejor así se cansa más, y sigue poco a poco pero siempre con tensión en el hilo (que no haga comba).
Lo más importante: Una vez hayas llegado a las piedras del espigón, cuando esté a (como dices unos 3 mts), entonces la debes trabajar como si pescaras a corcho (o pulso), tranquilo que ella (si es grande sobretodo) no va a buscar los agujeros, sino que simplemente nadara entre las piedras pero cerca de la superficie. Debes dejarla (a mi también me pasaba) sin miedo, tranquilo que ella no va a meterse en un agujero ya que estos suelen ser estrechos para su tamaño (además de que no está muy acostrubada al contrario de los sargos que si se cuelan por las rendijas). De esta forma, y con la ayuda de un salabre podrás tranquilamente meterla dentro y parriba .
Recuerda: Debes trabajarla junto a las piedras como si estuvieras pescando a corcho (aguantando a pulso los cabezazos que pegue, que no serán muchos ya que viene cansada), y sobre todo mantener la tranquilidad.
Suerte y de seguro que en el mes que estamos ya clavas algunas más de buen porte.
Un saludo y por ellas.